jueves, 11 de octubre de 2018


LO DESCONOCIDO
Busco el silencio, busco
el fondo de mi mismo
allá, donde no se asoma
quien he sido - ni quien soy 
ni muchos menos quien seré

Busco, hermanos, 
el tesoro escondido

Inmerso en este valle de gritos
bajo el desconcierto de los siglos
quiero abrazarme a mi mismo
allá, donde todo ahora es desconocido
allá, donde asome tal vez lo divino
saber porqué sufro lo que sufro
y porqué libero lo que encierro

Cierro los ojos y caigo adentro
desarmando mi pasado

Me incendia un sufrimiento
solo, en este jardín que tengo
bajo ostentaciones de palabras
y tempestades de preguntas
hermanos, tiene que romperse
desintegrarse, el tiempo.

miércoles, 3 de octubre de 2018


TU VERDADERA CARA
¿Quién se conocerá a si mismo?
muralla de piedra, alta cordillera
detrás de nuestra cara: un jardín
Hubo un tiempo que tuviste una cara
que los años, los hombres, la historia
han destrozado sin tregua ni piedad
Alguien que te ame puede recostruir
los pedazos rotos con cierta magia
atravesar el muro, llegar al jardín
Alguien que te ame puede revelarte
en las altas horas de tus años
tu verdadero nombre. Aguarda.
Aguanta. Tal vez sea después
roto el tiempo, deshecha la memoria.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

              
DEVASTACIÓN DEL SIGLO
Están derrumbados los palacios
Un templo es un puñado de escombros
Hay polvo meciendose en toda la Tierra
Ya no hay hombres ni hay infinita noche
se han borrado los ápices de nuestro mundo
fulminadas las promesas de Dios y de los astros
mi alma: es un jardín esperando.

                                          Al legado de Krishnamurti


miércoles, 15 de agosto de 2018


ALUSIONES 

       Una campanilla de bronce sobre una mesa de mármol, dos o tres anillos en un cofre de caoba, una silla, las máscaras que cuelgan en los camarines de los Teatros –alusiones– las altas columnas de las catedrales, un balcón que seduce a una calle empedrada, una taza, un canasto de mimbre abandonado en un baldío –si, alusiones– una estatua, una mano que traza versos en la soledad de la noche, la música, la confidencia de astros que murmura una guitarra –alusiones, en todos los rincones del mundo, alusiones a la divinidad– Porque las almas de los hombres son como los espejos: todo aquel que ama es porque ha sido amado, así como el hombre crea para reivindicar al que lo ha creado.

miércoles, 4 de julio de 2018

INFLUENCIAS 
   

         

Despertar con una cara distinta hallada en el espejo, huir desesperado hasta el patio, sin saber por qué, volver a mirarte en el espejo y toparte con otra cara, gritar, correr, correr por el pasillo, tocarte la cara con las manos y sentir que se mueve minuciosa –transformándose– minuciosa como arena movediza: rasgos que se pierden en rasgos que se hunden se tocan se funden en rasgos que resurgen de rasgos ¡Ah! mirarte en las ventanas, mirarte en el metal del picaporte o las bisagras, en las copas, en cualquier botón que te devuelve: y hallar en todo instante otra cara, otra cara ¡infinitamente otra cara!

martes, 26 de junio de 2018

                                


     
                                      DISCURSOS

 Toneladas de seres humanos reunidos frente a un señor de corbata que se mantiene ante el micrófono. Todos esperan que el señor diga una palabra, el señor obedece. Dice «Pez» solamente «Pez» Cuando apenas nombra la primera letra, la letra P, una boca va asomándose desde su boca, luego siguen los ojos, la cabeza llena de escamas; la letra E, el cuerpo entero, Z; las aletas del último: y el Pez salta de sus labios, cayéndose inútil sobre las tablas del escenario. La gente aplaude enloquecida. Comprenden que nadie es capaz de desarrollar tal habilidad para el uso de las palabras.








Juan Facundo Herrador

miércoles, 7 de mayo de 2014



LAS MANOS EN LA PIEL

John Collier
Dos manos. Sólo eso. Dos manos para hacer tu cuerpo hecho. No los dedos, sino las manos. Precisamente las palmas de esas manos. Desde las líneas que trazan futuros inconclusos, desde esas líneas irán brotando tus contornos. Del centro de las palmas haré la carne de tu cuerpo. Apoyaré mis manos en tu pecho y te crecerán los senos. Pondré mis manos debajo de tu cintura y las arrastraré apareciendo tus muslos, tus piernas, la sutileza de tus pies, pequeños y adormecidos.
Sólo una mano que sean dos que sea entonces la creación de mi Eva, de tú Eva, de nuestras Evas, eróticas y manantiales, agitándose en horas sin tiempos, en tiempos sin legados. Sólo hacerte para hacerme, y que me hagas para coronar las noches densas, noches sin humo, sin literatura, noches de inútiles esquemas.
Entonces tus lunas agitándose en las manos que te crearon. Tus piernas como guacamayos emplumados, azulesrojas, tus piernas temblando en su intrépido delirio. De pronto en cuanto quiero: apoyo mi mano debajo de tu nariz y nace una boca que gime. Te invento manos que se prenden de mi espalda como el agua de las rocas. Muerdo mis palmas y te soplo ojos en tu rostro. Me miras en la oscuridad. Yo veo detrás de ellos, me hundo en ellos: entrando en un infierno donde todo esta hecho con tu cuerpo, un trono donde descansa tu plena perversidad, virtud que sólo dejas salir cuando mis manos hacen de tu cuerpo lo que en libertad eres: una perra sin paraíso.



Juan Facundo Herrador

«Doretuá»


Prosas Poeticas