viernes, 19 de octubre de 2018

LAS CAÍDAS DE SIEMPRE
Me caí al pantano de mi mismo
cuando el sol reventó en astillas

cuando caminando a oscuras, plaf,
pise mal la orilla de mi nombre

les hablo del límite, donde allá
un río fantástico me arrasó
a un hombre desconocido

qué costumbre es esta, me digo,
de quedarme siempre a ciegas

¿será que sólo de esta forma
le recuerdo al perro corazón
el ímpetu de latir con ganas
ante la hembra inmensa
de la esperanza?

7 comentarios:

  1. Ante su inmensa hembra de la esperanza no hay pantano suficientemente profundo. Por eso mientras se respira una mínima esperanza, la vida se obceca en seguir latiendo

    Muy bueno. Un abrazo

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  2. Me imagino que te arrastró a un hombre desconocido. !Que no nos falte la esperanza!, aunque sigamos quedándonos ciegos.
    Muy buen poema.
    Un abrazo, poeta.

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  3. A la orilla de nuestro nombre hay "un ángel" que espera una palabra nuestra para "encender el sol"y encontrarnos a nosotros mismos...
    Mi felicitación y mi abrazo.

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  4. Muy bonitos tus poemas. Gracias y besitos.

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  5. El perro corazón es más listo que la cabeza.
    Ya lo verás...

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  6. Si la caída vale la pena... bienvenida sea :)

    Y si no la vale, pues seguro que cada vez te recuperas antes de cada caída, al final todos aprendemos, hasta puede que un día ya no tropieces con el mismo tipo de piedras.

    Besitos, me ha encantado leerte.

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  7. Gracias por hacerme posible conocer tus letras. Algo tiene el agua de tu tierra, que escriben hermoso.
    Me quedo de tu seguidora.

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